La Revista Jurídica rinde tributo a Felipe Ortega
La Revista Jurídica de la Región de Murcia, que edita la Fundación Mariano Ruiz-Funes, alcanza su número 51, que ya está siendo distribuido. Este es el primer número de la publicación que no ha sido dirigido por Felipe Ortega, fallecido el pasado año. Precisamente este último volumen de la publicación constituye un homenaje a Felipe Ortega, con artículos que repasan su intensa trayectoria vital y profesional y con ensayos doctrinales sobre algunos de los ámbitos jurídicos en los que el recordado abogado y docente se movía con contrastada soltura.
El número se abre con un editorial de la consejera de Presidencia, María Dolores Pagán, en la que recuerda que la creación y pervivencia de la revista, nacida en 1985, cabe atribuirla a la entrega de su hasta ahora director, quien también fue un decidido impulsor de la propia Fundación Mariano Ruiz-Funes.
“A lo largo de esos 25 años que la Fundación cumplió y celebró el pasado año, Ortega sirvió de eje vertebrador a las acciones que se fueron desarrollando y de engarce entre los sucesivos representantes de los patronos, aportando no solo su conocimiento del Derecho, sino su perfecto dominio de las estructuras y del funcionamiento del organismo, así como su fluida relación con las tres instituciones que ejercen el patronazgo”, escribe la consejera.
María Dolores Pagán pone de manifiesto asimismo la notable respuesta a las actividades programadas por la Fundación en los últimos meses, “encaminadas a hacer más asequible el mundo jurídico a la ciudadanía; a dar respuesta eficaz, desde el punto de vista del Derecho, a aspectos de la vida cotidiana que requieren de una respuesta rigurosa y, a la vez, comprensible”.
En el apartado de panegíricos, figuran sendos artículos en los que se traza el perfil humano y profesional de Felipe Ortega. El primero de ellos está firmado al alimón por los magistrados Pascual Ortuño y Jesús Rentero y el abogado Maximiliano Castillo González, quienes no evitan referirse a los aspectos más controvertidos del letrado fallecido.
Recuerdan su firme compromiso en la defensa de las libertades públicas, los derechos humanos o la mejora de la Justicia y el peso de la herencia familiar en su trayectoria: “Tener un padre y un abuelo reconocidos en la historiografía e incluso en el callejero local imprime carácter. De ellos -presumía- había aprendido el arte de “caciquear” que es un estilo heredado de los entramados gremiales de la Murcia provinciana de la Restauración, de los equilibrios entre los nuevos ricos surgidos del movimiento nacional y la burguesía rentista de la Huerta de Europa, y de los cabildeos de la cultura de las cofradías pasionarias tan arraigada en la idiosincrasia de nuestra Región”, se puede leer en el esclarecedor artículo.
También se pone el acento en el amor por la vida que siempre demostró Felipe Ortega y la férrea fidelidad a sus amigos, así como por su querencia a disfrutar de la soledad, momentos “en los que se encontraba consigo mismo y se reconocía, en los que meditaba, escuchaba música o leía con el afán de vivir otras vidas, conocer otras experiencias y aprender de la sabiduría que se esconde en los ensayos y novelas”, afirman los autores del artículo.
El otro texto conmemorativo analiza la faceta de Felipe Ortega como universitario y está escrito por María Ángeles Sánchez Jiménez y Encarnación Serna. La vinculación de Ortega con la Universidad de Murcia se produce desde su etapa de estudiante y pasa por la obtención en este centro académico del doctorado en el año 2000.
Felipe Ortega colaboró asiduamente en el ámbito universitario muchos años antes de mantener vínculo administrativo con la UMU, mediante su participación en seminarios sobre alguna de sus especialidades: arrendamientos rústicos y urbanos o propiedad horizontal.
En el año 2010 Felipe Ortega obtuvo plaza como profesor asociado en el Departamento de Derecho civil, logrando el número uno en el concurso para cubrir las plazas convocadas. Impartió la asignatura Protección de la persona en el ámbito del Derecho civil en el grado de Criminología. “Todos los calificativos se agotan para señalar su capacidad de trabajo y su entusiasmo por colaborar en todo lo que se le proponía”, señalan las autoras del artículo.
Mención aparte realizan a su dedicación a la Escuela de Práctica Jurídica, en cuyo equipo directivo se integra a partir de 2015 con el cargo de coordinador técnico.
El apartado doctrinal de la revista está dedicado también a asuntos muy vinculados al quehacer profesional de Felipe Ortega. Así, el catedrático de Derecho Civil de la UMU José Antonio Cobacho describe la evolución de la legislación sobre arrendamientos rústicos en el derecho español, mientras que Andrés Arnaldos y María Guevara lo hacen en torno al abuso de la figura del concurso con un solo acreedor. El capítulo de análisis de cuestiones jurídicas se cierra con la colaboración de la magistrada María Pilar Alonso Saura sobre jurisprudencia en relación con la relevancia del silencio en el ámbito de la propiedad horizontal y el análisis que Encarnación Serna Meroño realiza del actual modelo de protección de las personas con discapacidad y sus exigencias legales.
El número 51 de Revista Jurídica puede descargarse completo a través de este enlace.